Algunas ideas previas.
El rol del profesor en los nuevos entornos de comunicación.
Los escenarios de formación están cambiando.
Referencias
  Julio Cabero Almenara
Universidad de Sevilla
 
 
  Los escenarios de formación están cambiando.

En cuanto a la influencia de los cambios que se están desarrollando en la sociedad, la economía y la cultura, podríamos indicar que nunca en la historia de la educación ésta se ha visto tan presionada con la incorporación de diferentes tecnologías de la información y comunicación, tanto en la vertiente que podríamos considerar formal, como en la informal o no formal.

Si tradicionalmente los medios con que podrían contar los profesores para desempeñar su tarea profesional de la enseñanza eran limitados, en poco tiempo su volumen se ha ampliado notablemente, de forma que a los tradicionales retroproyectores, vídeos y televisiones, e informáticos de generaciones iniciales, se han incorporado los multimedias, telemáticos, videoconferencias y televisiones vía satélite. Estas incorporaciones no sólo han supuesto nuevos medios para la transmisión de información, sino también, y creo que es lo verdaderamente importante, para la creación de nuevos entornos formativos y el desarrollo de nuevas posibilidades comunicativas entre los participantes en el acto instruccional.

Para Huang (1996-97), los sistemas de ordenadores han cambiado profundamente la educación tradicional y el procesamiento de la información académica, repercutiendo en diferentes actividades y tareas que deben desarrollar tanto los profesores como los estudiantes o los administradores del centro. Entre las actividades que señala, encontramos las siguientes:

 
Tareas administrativas
     
Actividades sobre los profesores.
     
Actividades sobre los estudiantes
   

Admisión.
Registro.
Planificación del curso.
Procesado y custodia del expediente académico.
Organización personal
.

Búsqueda de información.
Preparación del curso.
Lectura. Programación, análisis numérico y simulación.
Cálculo.Hacer anuncios. Responder cuestiones.
Distribución de notas, evaluaciones,
proyectos de instrucción.

Búsqueda de información.
Trabajo en casa en la preparación de proyectos.
Programación, análisis numérico y simulación.
Respuestas de preguntas.
Difusión de ideas.
Tutorización en las evaluaciones.

En líneas generales, y como ya hemos señalado en otro trabajo (Cabero, 2000, 24), las nuevas tecnologías vienen a ampliar las posibilidades que tradicionalmente han desempeñado los medios audiovisuales e informáticos tradicionales, como son las de transmitir y estructurar la información, motivar y atraer la atención, estructurar la realidad, facilitar el recuerdo de la información, estimular nuevos aprendizajes, ofrecer un feed-back o ser portadores de contenidos. Entre estas nuevas posibilidades, podemos señalar las siguientes:

  • Eliminación de las barreras espacio-temporales entre el profesor y el estudiante.
  • Flexibilización de la enseñanza.
  • Ampliación de la oferta para el estudiante.
  • Favorecer tanto el aprendizaje cooperativo como el autoaprendizaje.
  • Individualización de la enseñanza.
  • Potenciación del aprendizaje a lo largo de toda la vida.
  • Interactividad e interconexión de los participantes en la oferta educativa.
  • Adaptación de los medios y las necesidades y características de los sujetos.
  • Ayuda en la comunicación e interacción con su entorno a los sujetos con necesidades educativas especiales.

Estas nuevas posibilidades nos están permitiendo crear nuevos entornos formativos, en los que la interacción no sólo se establece entre el estudiante y los materiales, y entre los estudiantes y el profesor, sino que las opciones se amplían con la interacción con otros estudiantes, sean éstos de su entorno inmediato o ajenos al mismo, y la interacción con expertos en contenidos ubicados fuera del aula.

Los aspectos mencionados nos van a poder permitir trabajar en nuevos modelos de enseñanza, que van desde aquellos donde todas las actividades son realizadas por los alumnos en la red, hasta los que introducen la posibilidad de obtener información adicional de ésta; desde los que se apoyan en un modelo de comunicación sincrónico hasta los que lo hacen de forma asincrónica; o desde los que se movilizan en un modelo estático de información como, por ejemplo, la consideración de la web como sistema de distribución de información ("web-based information distribution system"), hasta la contemplación de un modelo dinámico e interactivo ("web-based training").

De acuerdo con el Grupo de Educación Telemática de la Universidad Rovira i Virgili (1997) las nuevas tecnologías nos permiten desarrollar diferentes técnicas y estrategias didácticas, que podríamos concretar en técnicas "uno sólo", "uno a uno", "uno a muchos", y "muchos a muchos".

Las técnicas "uno sólo" se apoyan en las técnicas de recuperación de información y en la relación cliente/servidor, y mediante ellas el sujeto puede revisar diferentes sitios web, buscar información en terminales remotos mediante telnet o acceder a ficheros mediante ftp. Las técnicas "uno a uno" hacen referencia a la comunicación que se establece entre dos personas, sean éstas profesor-estudiante o estudiante-estudiante. En este caso, las herramientas de comunicación básica son el correo electrónico para la comunicación asincrónica y el IRC para la sincrónica. Las técnicas "uno a muchos" están basadas en aplicaciones como el correo electrónico y los servidores de listas o sistemas de conferencia, su uso didáctico típico es el panel electrónico donde uno o varios expertos realizan presentaciones, individualmente o interactuando entre sí. Y, por último, las técnicas "muchos a muchos", son aquéllas por las que todas las personas tienen la oportunidad de participar en la interacción y todos pueden ver las aportaciones de los demás; las actividades más usuales son los debates, las simulaciones, los estudios de casos o los grupos de discusión.

Harasim y otros (2000), por su parte, distinguen siete modelos de aprendizaje que denominan como e-lecciones: la pregunta a un experto, los mentores, ayudas de un tutor, acceso a materiales y servicios en red, interacción informal con los compañeros y actividades estructuradas de grupo. Es de señalar que mientras las cuatro primeras requieren de personal trabajando en la red en forma de profesores o tutores, las tres restantes requieren fundamentalmente un espacio para el acceso a la información o el intercambio de opiniones entre los estudiantes. La elección de uno de los modelos vendrá determinada por la materia y por el diseño del curso.

Como ha indicado recientemente Orellano (1999), las nuevas tecnologías nos ofrecen diferentes herramientas para favorecer la comunicación independientemente del tiempo y con la posibilidad de atender a diferentes modalidades de enseñanza. En el cuadro que exponemos a continuación se presentan las diferentes posibilidades que nos ofrecen estas herramientas.



 
Dónde (espacio)
 
 
Cuándo (temporalización)
Enseñanza individual.
Espacio grupal
Espacio comunitario
 
Encuentro simultáneo
Chat no moderado.
Videoconferenci
a
 
Encuentro diferido.
Correo electrónico.
Correo electrónico.
Aplicaciones de trabajo cooperativo (ejemplo BSCW).
Lista de distribución.
Aplicaciones de trabajo cooperativo.
 

Esta modalidad de formación, frente a la que podríamos considerar como enseñanza tradicional, presenta una serie de posibilidades y limitaciones que, en líneas generales, podríamos resumirlas en los siguientes aspectos:

  Formación basada en la red.       Formación presencial tradicional.  
 


La formación tiende a realizarse de forma individual, según el propio ritmo de aprendizaje, sin renunciar por ello a propuestas colaborativas.

Se basa en el concepto de "formación en el momento en que se necesita" ("Just-in-time training").

Permite la combinación de diferentes materiales (impresos, auditivos, visuales y audiovisuales).

Con una sola aplicación se puede atender a un mayor número de estudiantes.

Desde un punto de vista pedagógico se asume que el conocimiento es un proceso activo de construcción personal de la información.

Su utilización suele reducir el tiempo de formación de las personas.

Tiende a ser interactiva, tanto entre los participantes en el proceso como con los contenidos.

Puede ser utilizada en el lugar de trabajo, y en el tiempo disponible por parte del estudiante.

     
Parte de una base de conocimiento y el estudiante debe ajustarse a ella.

Los profesores determinan cuándo y cómo los estudiantes recibirán los materiales formativos.

Se fundamenta en que el sujeto recibe pasivamente el conocimiento para generar actitudes innovadoras, críticas e investigadoras.

Se apoya en materiales impresos y en el profesor como fuente de presentación y estructuración de la información.

Tiende a un modelo lineal de comunicación.

La comunicación se produce básicamente entre el profesor y el estudiante.

La enseñanza se desarrolla de forma preferentemente grupal en un tiempo y en un lugar específicos.

Una de sus mayores ventajas es la experiencia que tenemos en su utilización y la facilidad estructural y organizativa con la que puede ser puesta en funcionamiento.
 



Los comentarios realizados hasta el momento nos permiten ya ir apuntando que, por una parte, la utilización de estas tecnologías supone actividades más amplias que el simple hecho de ubicar información en la red y, por otra, que la figura del profesor será relevante para su concreción por diferentes tareas que irán desde el seguimiento del proceso hasta el diseño de los materiales que serán ubicados en el contexto telemático, sin olvidarnos del proceso de tutorización y seguimiento del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Tal es su importancia, que en la citada Cumbre de Lisboa de la Unión Europea, ya no sólo se habla de que todas las escuelas europeas deben disponer de los recursos materiales necesarios para la potenciación y creación de una Europa virtual para el aprendizaje, sino también de que sus profesores deben estar capacitados para el desarrollo y utilización de las nuevas tecnologías.

La incorporación de estos recursos tiene una serie de consecuencias en la tarea de la formación: la carencia de información ha dejado de ser un problema en el terreno educativo debido a la amplitud de fuentes que se le ofrecen tanto al profesor como al estudiante; la posibilidad de utilizar diferentes momentos temporales para la realización del acto didáctico educativo favorece y amplía las posibilidades comunicativas entre todas las personas implicadas en el proceso de la enseñanza; se potencia la interactividad no sólo entre las personas sino también con una diversidad de códigos y sistemas simbólicos para el procesamiento de la información; se favorece un modelo de educación del tipo "just-in-time training". En definitiva, los nuevos recursos permiten la pluralidad, por su carácter abierto y dinámico; ofrecen la oportunidad para el intercambio de información de forma activa entre todos los participantes; y abren la posibilidad para que los sujetos se conviertan en procesadores activos de información y no en meros receptores de la misma.

Dentro de estas posibilidades, no podemos olvidarnos de las que introduce para la enseñanza la comunicación asincrónica, al permitir que los participantes trabajen a un ritmo individual y se tomen el tiempo que necesiten para leer, reflexionar, escribir y revisar antes de compartir preguntas, ideas o informaciones con el resto de participantes. Algunas de las investigaciones que se han realizado sobre el trabajo en red de los estudiantes han puesto de manifiesto que este tipo de trabajo, dentro de unos principios didácticos oportunos, aumenta la calidad y el volumen de las interacciones entre los participantes.

Desde un punto de vista educativo, las nuevas tecnologías nos permiten no sólo nuevas formas de comunicación, sino poner en acción nuevas posibilidades y estrategias educativas, entre las cuales cabe destacar el trabajo en un modelo centrado en el estudiante, y la potenciación del aprendizaje colaborativo por encima del aprendizaje individualista o meramente grupal. Aspectos que, por otra parte, y como han sugerido recientemente Kozma y Schank (2000) se encuentran en la base de los retos que tiene que afrontar la escuela del siglo XXI, al movernos en la sociedad del conocimiento, donde el aprendizaje no estará encapsulado en función del tiempo, el lugar y la edad, sino que se convertirá en una actividad a lo largo de toda la vida. "La enseñanza ya no se define como la transferencia de información, ni el aprendizaje se definirá como la memorización de datos" (Kozma y Schank, 2000, 27).

Desde una perspectiva general se han desarrollado tres modelos tecnológicos en la enseñanza, que podríamos denominar como modelo centrado en el medio, en el profesor y en el estudiante, respectivamente. Tradicionalmente podemos decir que los modelos que se han visto más potenciados han sido el centrado en los medios, es decir, aquél donde todos los componentes giraban alrededor de la tecnología que era utilizada en cada momento, y el centrado en el profesor, es decir, aquel modelo centrado más en la enseñanza que en el aprendizaje y en el cual el profesor es el único referente en la enseñanza como transmisor de información y conocimientos.

Como contrapartida, en los modelos centrados en el estudiante, éste es el referente del acto didáctico y del proceso de enseñanza, y en torno a él gira el resto de componentes del sistema, desde los recursos materiales y las disposiciones temporales, hasta los componentes didácticos. En líneas generales, podríamos decir que el estudiante se convierte en el nodo central del sistema, siendo lo importante que él adquiera los contenidos, objetivos y las destrezas y habilidades que se habían planificado para el entorno: "... lo verdaderamente importante es la consecución de unos objetivos y un grado óptimo de calidad más que de la presencia física en un lugar y tiempos concretos a la vez que permiten generar espacios virtuales compartidos (de relación, de formación, de investigación, de trabajo)" (Gisbert, 2000, 315). Desde esta perspectiva, el profesor deja de ser un referente para la presentación y transmisión de información y se convierte fundamentalmente en un diseñador de medios y en un orientador del estudiante.

En este entramado las redes se están convirtiendo en un instrumento de colaboración entre las personas. Trabajo colaborativo que, aunque ha sido definido de diferentes formas, en líneas generales podríamos considerarlo como una metodología de enseñanza y de realización de la actividad laboral basada en la creencia de que el aprendizaje y la actividad laboral se incrementan cuando se desarrollan destrezas cooperativas para aprender y para solucionar los problemas y acciones educativas y laborales en que nos vemos inmersos.

El trabajo colaborativo posee una serie de características generales que lo diferencian del trabajo en grupo y de otras modalidades de organización grupal, como las que a continuación enumeramos:

  • Se encuentra basado en una fuerte relación de interdependencia de los diferentes miembros que lo conforman, de manera que el alcance final de las metas concierne a todos los miembros.
  • Hay una clara responsabilidad individual de cada miembro del grupo para el alcance de la meta final.
  • La formación de los grupos en el trabajo colaborativo es heterogénea en habilidad y en las características de sus miembros; sin embargo, en el aprendizaje tradicional de grupos, éstos son más homogéneos.
  • Todos los miembros tienen su parte de responsabilidad para la ejecución de las acciones en el grupo.
  • La responsabilidad de cada miembro del grupo es compartida.
  • Se persigue el logro de objetivos a través de la realización (individual y conjunta) de tareas.
  • Existe una interdependencia positiva entre los sujetos.
  • El trabajo colaborativo exige a los participantes habilidades comunicativas, relaciones simétricas y recíprocas y deseo de compartir la resolución de tareas.

Lo significativo en el trabajo colaborativo no es la simple existencia de interacción e intercambio de información entre los miembros del grupo, sino su naturaleza. En este sentido, y como subraya Ovejero (1990), en el aprendizaje cooperativo debe tenerse en cuenta el principio general de intervención, que consiste en que un individuo solamente adquiere sus objetivos si el resto de los participantes adquiere los suyos. No se refiere, por tanto, al simple sumatorio de intervenciones, sino a la interacción conjunta para alcanzar objetivos previamente determinados.

Uno de los objetivos básicos que perseguimos con la utilización de esta estrategia de formación y actuación laboral es que el intercambio de ideas y actuaciones de los miembros implicados en el proceso nos lleve a la elaboración de nuevas ideas, la realización de nuevas actividades formativas, nuevas propuestas de acción..., y para ello es conveniente seguir una serie de principios generales, como los siguientes:

  1. La comunicación entre los miembros que participan debe ser frecuente, fluida y rápida.
  2. La exposición de las ideas, principios, acciones...debe realizarse de forma clara y concisa.
  3. No basta con aportar, se debe justificar.
  4. Todas las aportaciones deben ser tratadas de forma crítica y constructiva.
  5. Todos los miembros deben aportar ideas o argumentaciones.
  6. La información debe estar disponible para todos los miembros. No deben existir aportaciones ocultas.
  7. Se debe establecer un calendario de duración de las intervenciones y de formación de ideas conjuntas.
  8. No sólo se debe llegar a un consenso de acuerdos o desacuerdos, sino consenso de argumentaciones. Los resultados alcanzados no deben ser el producto sumatorio del trabajo en grupo, sino de su negociación y cohesión.
  9. Al iniciar las sesiones de trabajo colaborativo en entornos telemáticos se debe dejar claro qué herramientas de comunicación se utilizarán (e-mail, chat, BSCW...) y las funciones para las que se destinará cada una.
  10. Todos deben conocer las reglas de funcionamiento del grupo.
  11. Cada miembro del grupo debe asumir la responsabilidad individual para la realización de la actividad; por tanto, debe ser responsable del trabajo final.
  12. Se debe asumir una cultura de la colaboración y de trabajo compartido.
  13. Para que el trabajo colaborativo funcione correctamente deben darse relaciones socioafectivas positivas entre los participantes.
  14. Se apoya en el principio de aprendizaje por experiencia, ya que los participantes deben ser sujetos activos.

Realizados estos planteamientos generales que darán cobertura al eje central de nuestro trabajo, cabría preguntarse ¿cuáles son los roles que los profesores van a desempeñar en este nuevo entramado tecnológico? Previamente, presentaremos a modo de síntesis las posibles ventajas e inconvenientes que pueden aportar estos nuevos escenarios a los procesos de enseñanza-aprendizaje y que nos servirán como elementos de referencia para posteriormente analizar el rol de profesor con estas tecnologías.

  • La formación está centrada en el estudiante y se adapta a sus características y necesidades.

  • Conecta a estudiantes dispersos geográficamente.

  • Se pueden realizar evaluaciones individuales de los estudiantes.

  • El contenido puede ser actualizado y adaptado de forma rápida y económica.

  • El contenido es solicitado por el estudiante cuando lo necesita.

  • Se reducen costos económicos para la realización de actividades formativas.

  • Se reducen costes al eliminar las pérdidas de tiempo por el desplazamiento de los profesores y de los estudiantes participantes en la acción formativa.

  • Ofrece flexibilidad para la formación.

  • El ritmo de aprendizaje es marcado por el estudiante, sin que ello signifique que no pueda existir una propuesta por parte de los instructores.

  • Se amplían los escenarios para el aprendizaje: centro educativo, trabajo y hogar.

  • Permite independencia geográfica y temporal de la acción formativa.

  • Puede desarrollarse con diferentes tipos de plataformas (Explorer, Netscape...) y con diferentes entornos informáticos (Windows, Mac, Unix...).

  • Permite extender la formación a un número mayor de personas.

  • Permite la combinación de diferentes recursos multimedia.

  • Ofrece la posibilidad de utilizar diferentes herramientas de comunicación sincrónicas y asincrónicas para comunicarse el estudiante con otros estudiantes y con el profesor.

En contrapartida las limitaciones principales del nuevo modelo, o al menos las que se le achacan, son las siguientes:

  • Dificultades en cuanto al acceso y recursos necesarios por parte del estudiante.

  • Necesidad de una infraestructura administrativa específica.

  • Se requiere contar con personal técnico de apoyo.

  • Costo para la adquisición de equipos con calidades necesarias para desarrollar una propuesta formativa rápida y adecuada.

  • Necesidad de cierta formación para poder interaccionar en un entorno telemático.

  • Necesidad de adaptarse a nuevos métodos de aprendizaje (su utilización requiere que el estudiante y el profesor sepan trabajar con otros métodos diferentes a los de la formación tradicional).

  • En ciertos entornos el estudiante debe saber trabajar en grupo de forma colaborativa.

  • Problemas de derechos de autor, seguridad y autentificación en la valoración.

  • Las actividades en línea pueden llegar a consumir mucho tiempo.

  • El ancho de banda que generalmente se posee no permite realizar una verdadera comunicación audiovisual y multimedia.

  • Requiere más tiempo y dinero el desarrollo que la distribución.

  • No todos los cursos y contenidos se pueden distribuir por la web.

  • Muchos de los entornos son demasiado estáticos y simplemente consisten en ficheros en formato texto o pdf.

  • Si los materiales no se diseñan de forma específica, se puede tender a la creación de una formación memorística.

  • Falta experiencia educativa en su consideración como medio de formación.

Ya señalamos en otro trabajo (Cabero, 2000, 92) algunas de las características básicas que deberían tener los entornos de formación telemáticos; recordémoslas:

a) Ofrecer un entorno de comunicación lo más rico y variado posible, incorporando las herramientas de comunicación sincrónica y asincrónica más usuales de la comunicación telemática.

b) Incorporar zonas para el debate, la discusión y la complementación.

c) Utilizar guías visuales que faciliten la percepción al estudiante del recorrido seguido en su proceso de formación. Guías que deberán estar a disposición del profesor para el conocimiento del ciclo formativo seguido por el estudiante y de las posibles lagunas cometidas y problemáticas encontradas; en definitiva, para que pueda apoyar y seguir el proceso de aprendizaje.

d) Ofrecer al estudiante la posibilidad de poder elegir el recorrido de aprendizaje, los sistemas simbólicos y el tipo de material con el cual desea realizarlo.

e) Flexibilidad en su construcción y desarrollo.

f) Apoyarse en principios fáciles de interpretar para el seguimiento e identificación del entorno.

g) Utilizar formas de presentación multimedia.

h) Incorporar zonas para la comunicación verbal, auditiva o audiovisual con el profesor.

i) Guiarse por los principios de la participación y la responsabilidad directa del alumno en su propio proceso formativo.

j) Asumir una perspectiva procesual de la enseñanza por encima de una perspectiva centrada en los productos.

k) Introducir elementos tanto para la evaluación del estudiante como para la evaluación del entorno de comunicación desarrollado.

Por último, volvemos a subrayar que la importancia de las tecnologías no se encuentra en ellas mismas, sino en lo que somos capaces de realizar con ellas. Será necesario realizar un análisis para evaluar no tanto sus potencialidades tecnológicas como sus potencialidades para crear entornos educativos y comunicativos diferenciados.