PIAZZA VIRTUALE
Van Gogh TV-Ponton European Medialab Art

http://www.vgtv.com/n,100010,1.html


Piazza Virtuale

 



Gran parte de los proyectos artísticos más activos en el campo de la reflexión crítica sobre el uso de los medios de comunicación de masas han estado basados en la creencia en que es posible solucionar muchos de los problemas de la sociedad a través de una comunicación pública diferente. De ahí su insistencia en el intento de producir medios, entornos de intercambio de opinión y lenguaje, de producción de nuevas formas de comunidad crítica a través de ellos.

Una línea de actuación en la que indudablemente estaría integrada la pionera propuesta de televisión interactiva del proyecto Piazza Virtuale, desarrollado por Ponton European Media Lab Art y producido por Van Gogh TV (VGTV). Desarrollado durante 100 días, de forma simultánea a la Documenta de Kassel de 1992 y con una participación de más de 15.000 usuarios que tomaron parte en el sistema bien desde sus casas o desde las diversas Piazzetas ubicadas en diferentes ciudades europeas, se trata de una de las iniciativas más interesantes, hasta el momento, en la investigación sobre las posibilidades de interacción social a través del medio televisivo.


De hecho, el proyecto tendría mucho más que ver con el desarrollo de la televisión como medio de comunicación expandido, ligado directamente a la producción de experiencias colectivas e intercambio dialógico, que a las consignas de televisión interactiva planteadas actualmente por las grandes compañías y cadenas de televisión digital. En realidad, la crítica a las políticas implícitas en la promoción comercial de la participación del espectador tal y como ésta es fomentada por los principios de la falsa interactividad televisiva se halla muy nítidamente presente en el proyecto de Piazza Virtuale.

Aunque combinaba tecnologías muy diversas, algunas diseñadas específicamente para este proyecto, Piazza Virtuale hacía uso básicamente de la unión entre televisión y teléfono como vía para la ruptura de la unidireccionalidad característica de la experiencia televisiva. Aquí el espectador tenía capacidad de alterar el propio programa, incluso participar en su diseño.

Piazza Virtuale hacía posible todo un conjunto de posibilidades de interacción real y encuentro efectivo entre los espectadores-participantes, permitiendo desde el manejo de la cámara de grabación del estudio (la cámara robot Muskart)(1) que podía ser manipulada por los espectadores mediante las teclas del teléfono, hasta la conversación simultánea entre varios usuarios del sistema, o entre éstos y el personal presente en el estudio de emisión. La posibilidad, por ejemplo, de crear imágenes a través de dispositivos interactivos especiales en el llamado Virtual atelier, o música electrónica por medio de una especie de orquesta virtual, eran algunas de las muchas capacidades del interface desarrollado por el equipo del proyecto, que podía mostrar a la vez una gran diversidad de información como animación digital, video, imágenes fijas, etc. al tiempo que permitir el desarrollo de un dinámico diálogo entre los usuarios-participantes.

Más allá de la mera simulación de procesos sociales, Piazza Virtuale investigaba cómo infundir a los procesos de interacción medial un carácter sustantivo, no simplemente dinámico. Para ello, se planteaba un sistema de "muchos a muchos" frente a la presión del sistema monológico de mera emisión propio de la televisión, y que hoy en día, a pesar de todas estas iniciativas, se hallaría en pleno reforzamiento, encontrando su más fuerte apoyo precisamente en los nuevos y reiterativos intentos comerciales de muchas empresas de hacer converger televisión e Internet, en busca de una televisión navegable, pero en donde los sistemas de control y el sentido unidireccional de la comunicación del medio televisivo siguen prevaleciendo.

No se ocultaba en ningún momento en Piazza Virtuale la pretensión de entrecruzar la idea del arte con la idea de la comunidad. Se trataba, en definitiva, de promover una vía en la que la experiencia estética pudiera convertirse en un modelo de conducta comunicativa. Un uso, por tanto, de los nuevos medios de comunicación orientado a una producción social efectiva. Un empleo diferenciado de la televisión, similar al pretendido por Bertold Brecht en torno a la radio ("cambiar este aparato de la distribución a la comunicación"(2), con la misma intención de disolver la dicotomía receptor-productor, confiando en los potenciales emancipadores de sistemas de comunicación no jerarquizados.

Desde este punto de vista, la propuesta de Piazza Virtuale sería la de modificar las prácticas de consumo de los medios a través de la posibilidad de una intervención diferente en ellos. Crear medios, en definitiva, parece plantearse aquí como la verdadera actividad artística, haciendo uso de la cada día mayor disponibilidad de tecnologías mediales domésticas, investigando en nuevas posibilidades para su explotación de cara a convertirlas en medios de organización y movilización social.

En su horizonte propositivo, una crítica similar a la que lanzara Hans Magnus Enzensberger contra Marshall Macluhan, contra la "ilusión" de que los medios son neutrales, unida a la alerta sobre la posibilidad de que la sociedad, pese a tener a su disposición todos los medios, no tenga nada que decir, o, más probablemente, que sea "incapaz de hacer el necesario uso social de ellos"(3).

Piazza Virtuale constituye, por todo ello, un magnífico ejemplo de los intentos cada vez más infrecuentes de llevar a cabo un uso avanzado de los medios, es decir, aquel que explora y potencia los valores emancipadores de su auténtica dimensión social. Como antecedentes de esta ambiciosa iniciativa podríamos mencionar desde el Kinoglas de Pudovkin y, en general, las pretensiones de una televisión política de vanguardia, a los espacios marginales de edición y publicación, como el Journal Documents(4) de 1929, así como todas las investigaciones en torno a la viabilidad comunicativa de los medios y de los sistemas de distribución, desde el llamado "Art by telephone"(5) hasta las pioneras comunidades on line.

Convertir, en último término, la experiencia medial en una experiencia de interacción social era el horizonte intencional principal de Piazza Virtuale. Un intento de superar el encarcelamiento en el proceso de la comunicación perpetuo, el desgaste del mensaje en el acto de la propia comunicación, o la negativa de comunicación que Theodor W. Adorno considerara como medida de verdad de las obras en un sistema cultural donde la comunicación está organizada por medio de la manipulación para producir un efecto, donde sólo tiene una existencia enajenada(6).


NOTAS

1.Creada por Nikolas Anatol Baginsky, específicamente para el proyecto de Piazza Virtuale.
2. Bertolt Brecht, "Der Rundfunk als Kommunikationsapparat" en Werke, Berlin/Frankfurt a. M. 1992, vol. 21, p. 557.
3. Hans Magnus Enzensberger, "Constituents of a Theory of the Media", en John Thornton Caldwell, Theories of the New Media, The Athlone Press, London, 2000. p. 68
4. Fue creado en 1929 por Georges Bataille, Carl Einstein y Maichel Leiris.
5. En 1969 el Museum of Contemporary Art de Chicago inauguró una exposición titulada Art by Telephone. Véase, Peter Lunefeld, "En busca de la ópera telefónica," en Ars telematica, Claudia Giannetti, L'Angelot, Barcelona, 1998
6. Véase Theodor W. Adorno. Teoría Estética. Taurus. Madrid, 1992.

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Imágenes extraídas de la web de Piazza Virtualle
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