ENTREVISTA
-- RAFAEL HERRERO, Director de LA
MANDRÁGORA (TVE2)
P.
"La televisión pone en muy serio peligro las
diferentes esferas de la producción cultural, no
en menor medida, la vida política y la democracia,
impulsada por la búsqueda de una audiencia lo más
amplia posible" señala Pierre Bourdieu, en su
opinión ¿la condición de una audiencia
minoritaria que ha caracterizado La Mandrágora
es signo de un intento de resistencia o crítica a
ese carácter propio de la televisión? ¿La
Mandrágora nace con un espíritu minoritario
o se hace minoritario?
R.
Siempre hay que contar con los espectadores, pensar la mejor
manera de que nuestros mensajes les interesen, les irriten,
o les emocionen. No creo que ningún creador quiera
ver el patio de butacas vacío, la sala de exposiciones
desierta, o tener que suspender un concierto por falta de
público. Pensar en la audiencia y también
pensar en no traicionarse es un equilibrio permanente. La
Mandrágora no nace con ninguna intención minoritaria,
excluyente o elitista. La realidad actual de la televisión
en nuestro país, la hace minoritaria, rara y extravagante.
P.¿Cómo
describirías el pasado, presente y futuro de La
Mandrágora en el contexto televisivo y sociocultural
de nuestro país?
R.
Desde que dirijo La Mandrágora, éste
es el tercer año, pienso que cada programa será
el último. ¿A quién le interesa un
programa cultural? ¿Quién se sienta en frente
del televisor, para ver las creaciones de Bill Viola, de
Carolyn Carlson o Rodrigo García? Imagino que nuestros
espectadores naturales han tirado el televisor por una ventana
en una ceremonia de liberación. Sin embargo, cada
semana que pasa y veo que hemos tenido 300.000 espectadores,
pienso que hay que seguir y que tenemos una tremenda responsabilidad.
P.
¿Cuál o cuáles son las singularidades
de La Mandrágora respecto a otros programas
televisivos dedicados a la producción cultural contemporánea?
R.
La Mandrágora está abierta a todas las creaciones
artísticas, sin exclusión, aunque tanto el
cine como los libros sólo los tocamos muy de vez
en cuando ya que hay otros programas en la cadena especializados
en esos temas.
Tratamos de que, tanto el contenido de los reportajes como
el formato del programa, tenga unas señas de identidad
claras. La conducción del programa es una de las
apuestas más y arriesgadas. Hemos optado por un mensaje
más personalizado, lleno de sugerencias y constantes
guiños al espectador. Creo también que nuestra
vocación no es elitista y tratamos de que nuestros
reportajes tengan diferentes niveles de lectura. No queremos
echar a nadie.
P.
¿Cómo ha evolucionado La Mandrágora
desde sus comienzos? Si La Mandrágora (fuera
persona y) diera un vistazo a los contenidos que ha tratado
en los últimos años ¿qué resaltaría?
R.
Si La Mandrágora fuera una persona tendría
muchas caras y muy diferentes. En el recuerdo del último
año destacaría diferentes momentos de los
reportajes dedicados a Cesc Gelabert, Eva Yerbabuena, Marta
Carrasco, Momix, Rodrigo García y la Carnicería
teatro, Carles Santos, La Fura, Ramón Oller, Bill
Biolla, Pipilotti Rist, Jerry González... Las experiencias
de Poble Nou, o las de Laboratorio 3, en otro sentido. García
Alix, Tapies, Chillida, Oteiza, Tomatito y La Chanca, David
Nebreda, Hugo e Inés, Alina Broderus, Mónica
Runde y Pedro Berdayes...
P.¿Cuáles
son hoy en día las líneas de acción
cultural posibles en la televisión?
R.
Creo que los contenidos culturales de un programa especializado
cada vez interesan menos en las televisiones generalistas.
Poco a poco o irán desapareciendo, o se relegarán
a horarios imposibles de la madrugada. Sólo los canales
temáticos recogerán con el tiempo este tipo
de contenidos.
P. ¿Cómo se llevan el
medio de masas por antonomasia con las producciones culturales
que no lo son (de masas)?
R.
En general se entienden muy mal, y sus lenguajes entran
permanentemente en colisión. Sólo las creaciones
audiovisuales, cortometrajes, net art, video arte, etc,
sí encuentran en el lenguaje de la televisión
una forma de expresión adecuada, lo que no encuentran
es la necesaria ubicación, ni la predisposición
del espectador a recibir ese tipo de mensajes, que en principio,
rechaza.. Se transforman en islas dentro de unos contenidos
que cada vez desprecian más las formas. El teatro
y la danza, por ejemplo, plantean unas dificultades de adecuación
de lenguaje muchas veces insalvables.
P.
Volviendo nuevamente a las críticas expuestas por
Bourdieu hablando "sobre la televisión",
se pregunta el autor si "¿no debería
concluir, junto con buen número de intelectuales,
de artistas, de escritores, y de los más destacados,
que sería mejor abstenerse de utilizar la televisión
como medio de expresión?" ¿Qué
opinas al respecto? ¿Es posible una reflexión
crítica de la televisión desde dentro de la
televisión?
R.
La televisión a pesar de todos sus condicionantes,
aún permite que ciertos mensajes se cuelen y lleguen
a un espectador que de otro modo nunca accedería
a ellos. La especialidad de los canales temáticos,
o de la red irán poco a poco acaparando al espectador
interesado por las diferentes formas de cultura, pero la
televisión con su inmediatez, y su descaro puede,
aún, jugar una baza insustituible. Es verdad que
los nuevos mensajes, que cuentan con la aceptación
más entusiasta del espectador, cada vez tiñen
más a toda la programación, pero aparecer,
de golpe, en medio de ese circo, sigue siendo estimulante
y provocador.
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Imágenes
facilitadas por La Mandrágora:
1. Diego Rivera.
2. Tárrega.
3. Guillermo Pérez Villalta.
4. Thindersticks
5. David Delfín.
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