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7. Conclusiones

Ahora los estándares y las especificaciones en e-learning comienzan a tener una amplia difusión, de modo que su uso se incrementa y puede afirmarse, sin mucho riesgo, que serán necesarios para el desarrollo de contenidos educativos en los próximos años. La madurez de las especificaciones y la consecuente publicación de estándares oficiales, unido al creciente soporte de estos por los LMS y a la mayor disposición de herramientas que eviten la necesidad de tener un alto nivel técnico, facilitará su adopción generalizada.

Asimismo, las normas nacionales pueden contribuir a su desarrollo, como lo ha hecho que la compatibilidad con el modelo SCORM sea un requisito imprescindible para la venta de aplicaciones educativas al Departamento de Defensa de EEUU (uno de los mayores compradores de software educativo del mundo). Por ejemplo, en España AENOR (www.aenor.es) ha organizado un grupo (CTN71/SC36) para el estudio y adaptación al caso español de estas tecnologías, a imagen del subcomité 36 de la ISO (ISO/IEC JTC1 SC36), que fue creado en 1999 con el objetivo de cubrir todos los aspectos relacionados con la estandarización en el campo de las tecnologías de aprendizaje.

Además iniciativas, como, por ejemplo, MIT-OCW o las licencias Creative Commons que aumentan la cantidad y calidad de la información disponible, así como la mejora en los sistemas de almacenamiento y recuperación de objetos de aprendizaje simplificarán los procesos de localización y reutilización de información de calidad. De este modo, si esos nuevos contenidos realimentan al sistema cada vez habrá mas contenidos y de mejor calidad.

No obstante, los estándares no son la panacea universal ni resuelven todos los problemas. Hoy por hoy, solucionan fundamentalmente la interoperabilidad y la reusabilidad de los contenidos pero hay muchas situaciones educativas y nuevos modos de trabajo que no se tienen adecuadamente en cuenta. Por ejemplo, no está claro cómo incluir los juegos educativos (lo que se ha venido llamando edutaiment o serious gaming en inglés), o nuevos modelos basados en creación cooperativa de contenidos (v.g. wikis, foros de conversación) o en publicación personalizada (v.g. blogs). En cualquier caso, sí parece quedar claro que seguirá siendo crucial la importancia de la participación de los profesores y de los educadores en e-learning como lo es en todo proceso educativo tradicional (aunque quizás en roles diferentes).

 
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