Entrevista a Maruja Gutiérrez Díaz. Jefa de la Dirección General de Educación y Cultura de la Comisión Europea.
Los contenidos educativos en español no terminan de desarrollarse en masa. Parece que el hecho de que haya muchas cosas gratuitas en Internet, o que sea fácilmente "copiable" no termina de convencer a las editoriales. Qué estrategia pueden seguir las administraciones públicas para fomentar los contenidos, sin perjudicar a ningún sector.
Nosotros en Europa hemos llegado a una solución muy ecléctica: que no se puede prescindir de nadie. Una industria como la editorial, con toda la experiencia que tiene no puede descartarse. Por otra parte, la ventaja de las nuevas tecnologías es que permiten que sean los propios profesores, los maestros, los que creen contenidos, que muchas veces es muy adecuado a las necesidades y a los alumnos; tampoco se puede desaprovechar eso. Como decimos en Europa, compromis á la belge, es decir, vale todo.
En qué ámbito habría que priorizar ahora: infraestructura, formación, contenidos…
Las prioridad es en motivación. Hay que equipar a las escuelas, pero en eso España no va mal. Hay que llegar a concienciar a docentes y profesores de que las nuevas tecnologías son muy importantes, que forman parte de nuestra cultura y que los niños aprendan a utilizarlo de manera responsable, y a incorporarla.
¿Entonces, ¿en dónde habría que invertir más?
Uy, eso es bastante difícil. Antes decíamos que por cada euro que se gaste en infraestructura, habría que gastarse un euro en formación, otro en contenidos y otro en mantenimiento, porque la tecnología va muy rápida. Pero de hecho, la inversión tiene que ser distinta. Afortunadamente la infraestructura ha bajado de precio. En esta etapa hay que invertir sobre todo en formación, contenidos segundo e infraestructura y mantenimiento tercero.
En la conferencia inaugural se ha hablado de educación en valores, los estándares y la globalización. Qué posición tiene Europa al respecto.
Estamos hablando de valores, y eso es muy interesante en los materiales educativos, porque muchas veces, aunque no se expliciten, están presentes de manera apreciable y hay valores que no son exportables, porque hay muchas culturas en Europa y todas son distintas:
yo no entraría en la estandarización cultural. En eso nuestro mensaje es la diversidad, pero en el tema técnico no tienen sentido los estándares locales, autonómicos o nacionales; en el tema técnico la palabra globalización sí es algo positivo.