El arte propio de la red, el llamado net.art, no es un arte que limite
el uso del medio a su carácter instrumental, es decir, no es un
arte ubicado en Internet que existe independientemente de ella, sino más
bien un arte que (des)ubica a la red. Gestado en su matriz, no traído
de fuera. Un arte de metalenguajes donde se reflexiona sobre el carácter
diferencial del medio (códigos que “hablan” sobre una
sociedad en red).
Un arte propio y genuino de Internet que la cuestiona mientras también
la inventa. No un arte de objetos, un arte donde la palabra (como teoría
y como práctica artística) y las formas del acontecer de
ésta ejemplifican uno de los caminos más iluminados y sugerentes
en el deambular artístico contemporáneo.
Un arte de gramáticas sociales sobre Internet, que tiene en las
nuevas formas de construcción de subjetividad, en las colectividades
en red, en la mediación intersubjetiva, en los desmontajes de las
esferas pública y privada, en la experimentación con la
indeterminación y el no-sentido, algunos de los campos de acción
e investigación más recurrentes en los discursos artísticos
contemporáneos.
“Pensar Internet” (6)y dejarse pensar por ella, eso hace el llamado “net.art”
o arte de la red. Preguntarse sobre maneras distintas de acontecer y convivir
en una sociedad en red, mirar con ojos de estreno aquello que se va sedimentando
en un mundo cada vez más mediado por la máquina. Pensar
de manera diferente lo que parece unívoco, ser creativo ante lo
que nos viene dado, sin aparente opción a réplica.
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