Hasta mediados de los 80 en Europa, la comunicación de masas y sus medios eran limitados en cuanto a suministro. Cada emisora tenía unos pocos canales de radio y televisión. Las correspondientes a servicios públicos jugaban un papel dominante en los mercados nacionales. La elección era limitada.

La convergencia tecnológica y la digitalización, acompañadas de un aumento competitivo en el sector audiovisual, ha producido un universo de canales digitales múltiples.En Europa hay, hoy en día, más de 1.300 canales de televisión en servicio, muchos más de radio y millones de sitios web.

En tal universo, el aumento de posibilidades de elección y personalización tiene un precio: la fragmentación de los mercados nacionales y el desafío que suponen los contenidos producidos a escala mundial frente a los valores culturales a nivel nacional y regional. Fragmentación significa que a medida que el número de canales aumenta, cada uno de ellos tendrá menos audiencia. Ya no podemos asumir que una determinada nación o región comparta las experiencias de los medios de comunicación de masas, salvo sucesos nacionales importantes como una boda real o catástrofes de proporciones épicas como el ataque a las torres gemelas del World Trade Center de Nueva York y del Pentágono en Washington.

A medida que la audiencia de un determinado canal o sitio web se hace más pequeña, la financiación de su contenido mediante publicidad se vuelve más difícil. En respuesta a este cese o descenso de ganancias publicitarias, los canales comerciales de televisión tienen que considerar una serie de posibles elecciones para sobrevivir:

• Aumentar el atractivo de sus programas para incrementar la audiencia y, con ello, conseguir un pedazo más grande del pastel publicitario. En algunos casos la respuesta supone centrarse en la calidad de las producciones más importantes en prime time y en el aumento de marketing.
  
  
• Variar la oferta con programas de interés general y canales temáticos dirigidos a audiencias específicas. Esta opción es elegida tanto por emisoras privadas como públicas.
  
  
• Diversificar en otros medios y ofrecer formatos cross media como "Gran Hermano" con el objeto de suministrar el mismo tipo de contenido en diferentes plataformas a más gente.
  

Las emisoras públicas, cuyos servicios son con frecuencia financiados totalmente o en parte por los gobiernos nacionales o regionales, tienen una situación diferente. Funcionan con la seguridad de saber que su financiación durará un período de varios años, pero si no están en condiciones de asegurar que la gran mayoría de la población consume sus medios y servicios regularmente, la emisora pública necesitará el financiamiento comercial.

¿Qué podemos esperar en los próximos cinco años? Cuando hablamos de la "Network Society", en términos de Van Dijk [1999], se asume frecuentemente que el término "red" (network) es sinónimo de Internet. Mi interpretación es, sin embargo, diferente. Yo veo "red" como el mecanismo que los seres humanos eligen para informar y comunicarse entre sí.

En la actualidad, Internet es la infraestructura física más ubicua para la información y la comunicación. En Europa disfrutamos de otra network digital, televisión digital, que ofrece experiencias "televisuales" y servicios vía cable, satélite o transmisión terrestre. En el transcurso de la presente década , la tercera generación de sistemas digitales móviles va a proporcionar servicios multimedia a cualquier hora y lugar para quienes quieran pagarlos. Además, nuevos servicios interactivos del Internet de banda ancha, ya sea mediante fibra óptica, cables convencionales o servicios inalámbricos, aparecerán también en estos años. Por tanto, la "Network Society" se está formando sobre múltiples estructuras digitales, no solamente Internet

Debido a que la convergencia de los medios lleva - al menos superficialmente- a mayores opciones sobre una gama más amplia de aparatos, y teniendo en cuenta que los adolescentes suelen ser de los primeros en adoptar los nuevos dispositivos y servicios, ellos en particular serán el blanco de los medios que tratarán de corregir la pérdida de las audiencias jóvenes en la televisión. Como consecuencia de estos cambios en la oferta, podemos esperar ontinuas alteraciones en el consumo de los medios por parte de los niños y adolescentes en un futuro previsible, lo que también tendrá un impacto en la educación.